Corregir sin violencia

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Corregir la conducta de niñas y niños es, indudablemente, una de las tareas más desafiantes ante las que nos enfrentamos como madre, padre o cuidador(a) y para lograrlo, es posible que hagamos uso de comportamientos aprendidos en la infancia o a lo largo de la vida que no necesariamente sean los más adecuados. Por eso es importante darnos y darles a nuestras hijas e hijos la oportunidad de encontrar nuevas formas, mediante las cuales, modifiquemos juntos los comportamientos inadecuados.

Comportamiento es comunicación, es decir, a través del comportamiento niñas y niños tratan de dar a conocer sus carencias y necesidades para que estas puedan ser atendidas, pero es también el momento de enseñarles a manejar sus conductas.

Evitar respuestas violentas como los castigos es importante ya que las medidas en las que se pone énfasis en el correctivo y no en la enseñanza sólo logran cambiar conductas a corto plazo. En consecuencia, no hay un verdadero análisis o reconocimiento del comportamiento inadecuado y mucho menos se enseñan las habilidades para modificarlo.

Con el castigo se generan emociones de frustración, indefensión, sometimiento y/o culpa, de modo que niñas y niños creen que lo inadecuado no es su conducta, sino ellos, su propia persona, lo que trae en consecuencia sentimientos de inseguridad, baja autoestima y comportamientos violentos.

Corregir desde el amor puede parecer un trabajo complicado, pero si tomamos en cuenta que a partir de los tratos que brindemos a niñas y niños en la infancia construirán la persona que serán en su adultez, seguramente encontraremos estrategias más sanas y afectivas, por ejemplo:

- Presta atención a sus emociones: cuando una niña(o) se porta mal se debe a que no maneja bien sus sentimientos, de manera que es más importante poner atención a las emociones que al comportamiento mismo. Si está haciendo un berrinche debemos conocer la causa para así reconocer la emoción que está sintiendo.

- Cuando una niña(o) está alterada(o) es cuando más te necesita: mantente a su lado apoyándole, así crearás confianza y seguridad.

- Aguarda a que estén listas(os) para aprender: no intentes enseñarles algo cuando están alteradas(os). Si aún se encuentra molesta(o) por alguna corrección espera a que se tranquilice para reflexionar sobre lo sucedido.

- Conecta con tu hija(o): valida sus sentimientos y muestra empatía con mensajes como “sé cómo te sientes, yo también me habría enojado”.

- Redirige: habla con ella o él acerca de su conducta y de cómo puede mejorarla.

- Enseña con el ejemplo: niñas y niños aprenden gran parte de sus habilidades a partir de la observación e imitación. Permite que vea que eres capaz de expresar tus emociones, pero que procuras no alterarte cuando se trata de alguna emoción más fuerte como el enojo.

- Refuerza sus conductas positivas: cuando demuestre una conducta adecuada brinda refuerzos como juegos en familia, felicítala(o) o permite que elija la cena.

- Cuando la(o) disciplines pon énfasis en el comportamiento y no en su persona: evita mensajes con la palabra “eres”.

- Plantea consecuencias positivas y negativas: estas no tienen que ver con el castigo, sino con las acciones que resultan de una conducta, por ejemplo: si tu hija(o) ha realizado sus tareas podrá jugar, y si no lo ha hecho, no habrá tiempo para jugar.

- No corrijas frente a otras personas: puede traducirse en humillación y tu hija(o) pondrá más atención en la vergüenza que siente, que en lo que tratas de enseñar.

La disciplina es una de las aportaciones más afectuosas que podemos dar a niñas y niños, es una oportunidad de conectar con ellas(os) y apoyar su desarrollo cerebral, emocional y relacional, por lo tanto, tratemos de sacar la mejor versión de nosotros en este proceso y corrijamos sin violencia.

 

Por Aura Solís Velázquez

 

Fuentes consultadas:

- Bilbao, A. (2015). El cerebro del explicado a los padres. Barcelona. Plataforma Actual.

- Siegel, D. y Payne, T. (2015). Disciplina sin lágrimas. Barcelona. Ediciones B.

- Siegel, D. y Payne, T. (2018). El cerebro afirmativo del niño. España. Vergara.

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